Septiembre es el mes del reencuentro con los políticos, de la vuelta al cole y de los coleccionables por fascículos. Pero este septiembre es muy diferente para todos estos temas.
También para los fascículos, porque con esto de la crisis parece que tenemos menos ganas de hacer la colección de abanicos rococó, la maqueta de la casa victoriana, o de llenar la estantería con soldaditos de plomos de la II Guerra Mundial pintados a mano.
Y en los kioscos se nota la crisis y si antes tenían que ingeniárselas para colocar en un pequeño espacio una treintena de colecciones, ahora notan que faltan muchas de ellas y las que vienen son repetidas del año pasado. Las pocas colecciones novedosas son las que se están vendiendo más o menos bien. Pero, en cualquier caso, los compradores reconocen que no tienen pensado comprar todos los fascículos si los precios empiezan a subir en los siguientes fascículos.
Comentarios