Los padres de los alumnos más pequeños del colegio Arcipreste de Hita siguen resistiendo. En el exterior del centro su presencia es bien visible gracias a las pancartas, pero la eliminación del aula para el próximo curso sigue invariable, al menos, de momento.
Algunos de los padres critican que el cierre del aula beneficia a los centros concertados que lo rodean. Aseguran que están “condicionados” por este limbo, ya que si al final del plazo de matriculación se quedan sin plaza, pueden verse obligados a llevar a sus hijos al barrio de Loranca. El edil de Educación Isidoro Ortega apoya sus demandas y comparte que el único objetivo de la consejería de Educación es beneficiar a la educación privada y concertada.
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