Tras recibir el premio Cervantes, Ana María Matute analiza su obra en Fuenlabrada
Ana María Matute es una mujer de expresiones sinceras y gestos cálidos. Usa palabras sencillas para comunicarse y si no las encuentra se las inventa.
Esa capacidad imaginativa es la que ha atrapado a miles de lectores en los cuentos e historias que ha creado desde que tenía cinco años y que sigue creando a sus 86.
Ella misma se considera una inventora, y si no inventa “no vive” dijo en su discurso al recibir el Premio Cervantes de Literatura.
Se lo otorgaron apenas unos días antes del encuentro que ha mantenido con los lectores de Fuenlabrada en el Café Literario que ha organizado la red de Bibliotecas Municipales.
Unas 150 personas quisieron estar presentes en este coloquio, por lo que tuvieron que abrir el teatro Tomás y Valiente. Allí le confesó que para ella es escribir es un proceso casi mágico que descubrió en su más tierna infancia.
Ana María Matute no quiso perderse este encuentro a pesar de la apretada agenda que se le presenta después de recibir el Premio Cervantes. Y aunque no cesaron los aplausos y felicitaciones por este galardón (hay que tener en cuenta que es la tercera mujer que lo recibe) este Café Literario estaba programado desde mucho antes para que la autora hablara sobre el libro que les tocaba leer a los miembros del Club Literario para adultos, “Paraíso Inhabilitado”.
Como ella, otros literatos como María Dueñas o Luís Landero han pasado este año por el Café Literario que organiza mensualmente la Red fuenlabreña de bibliotecas municipales desde hace más de dos décadas.
En mayo está previsto que lo hagan Maruja Torres y Eduardo Mendoza.
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