El proyecto se ha desarrollado durante el mes de septiembre de la mano del montañero Josu Feijó, que ha contado con cinco jóvenes diabéticos que se empeñan en demostrar que su enfermedad no es un límite. Entre ellos José Ramón Castañares, paciente de la unidad de endocrinología del Hospital Severo Ochoa de Leganés.
En total los participantes recorrieron durante once días la montaña más alta del mundo hasta llegar al campamento base, que está nada más y nada menos que a 5.300 metros de altitud.
El estudio también ha servido para saber cómo responden los diabéticos a situaciones de gran esfuerzo y extremas como las que conlleva subir una montaña.
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