Según explican desde ACAIP, la dirección del centro se ha visto obligada a suspender las clases de artes marciales para todos los internos, después de que el pasado 6 de septiembre se sorprendiera al preso encargado del enseñar Jiu-Jitsu al resto de compañeros con una bellota de hachís y un teléfono móvil, algo que está prohibido en el interior de la cárcel.
El llamado ‘interno profesor’ ha sido cambiado de módulo y será sancionado por la Comisión Disciplinaria por la posesión de artículos prohibidos y, de momento, no podrá volver a impartir clases a los presos al haber perdido la confianza depositada en su persona.
A pesar de ello, el sindicato de funcionarios de prisiones ha denunciado que lo verdaderamente grave es que el Jiu-Jitsu “es una disciplina que enseña a los alumnos a zafarse de las cuatro llaves básicas que Instituciones Penitenciarias enseña a los funcionarios en prácticas y en los cursos que anualmente imparte.
Del mismo modo, han recordado que el curso ya había provocado las protestas de los funcionarios antes del verano puesto que la idea inicial del centro era impartir las clases también para los presos del módulo 4 de la cárcel, en el que se encuentran los presos más peligrosos y que cumplen condena entre medidas de máxima seguridad. Finalmente el curso no se llegó a impartir a este tipo de internos.
Comentarios
robert dice:
lucas silva godzilla entrene con el es una maquina.....
martes, 04 de enero de 2011 a las 14:32