“Los espacios y posibilidades que tienen los hombres para dar a conocer sus vivencias son limitados, pero cada vez van tomando mayor presencia” explica Miriam Sobrino, matrona del Hospital Rey Juan Carlos y sexóloga del Centro Sexológico Sexorum, que explica que “aunque el embarazo, el parto o la lactancia no pasen en su cuerpo, no le serán algo ajeno y a ellos también les pasarán cosas”.
Los tradicionales talleres de preparación al parto han ido evolucionando y adaptándose a las necesidades de mujeres y hombres: antes se centraban en el parto y la maternidad, se han desarrollado otro tipo de talleres que facilitan la transición hacia la parentalidad de ambos, de mujeres y hombres. “Ellos ya no quieren participar solo de los sentimientos y las vivencias de sus parejas, quieren además que las suyas tengan su espacio, y su tiempo”.
Sobrino apunta también que los padres también viven directamente ese proceso. “No experimentarán las patadas del bebe pero sí puede que se les encoja la respiración al notarlo con su mano. No sentirán calambres o cansancio o molestias con las contracciones, pero sí otras muchas sensaciones y sentimientos nada insignificantes al ver a su pareja teniéndolas”.
Con todo, muchos hombres reclaman un lugar visible desde el que poder ser parte, y además de ser acompañantes de las mujeres, “quieren también ser acompañados por profesionales, familiares o amigos”.
Así, podemos encontrar pequeños pasos que contribuyen a que hombres y mujeres ocupen un lugar privilegiado en todo esto, el suyo propio. “Algunas oportunidades serían los grupos de hombres que surgen desde las ganas de encontrarse con otros para compartir las experiencias en torno a la crianza y la paternidad y también poder repensar el espacio que le damos los profesionales en los talleres de preparación al parto, los grupos de postparto, las consultas de seguimiento de embarazo, la atención al parto, la visitas a las revisiones pediátricas…”
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