La Organización Mundial del Trabajo definió en 1999 el trabajo decente como “aquel que permite vivir dignamente”, y que está además integrado por cuatro aspectos: empleo, derechos laborales, protección y diálogo social. Los sindicatos afirman que la situación económica actual puede llevar a la destrucción de más de 50 millones de empleos, y “arrojar a la pobreza severa a millones de personas”.
Por ello los sindicatos exigen políticas que permitan enfrentarse a esta situación. UGT y CCOO piden al G-20 que sus planes de estímulo de la demanda incluyan programas de creación de empleo y la ampliación a la protección de los parados, así como que se implemente el Pacto Mundial por el Empleo.
Pero para los verdaderos protagonistas, los trabajadores, ¿qué es un trabajo decente?
En la concentración sindical llevada a cabo en la capital, el trabajo decente demandado se traducía en el derecho al empleo y su estabilidad, el mantenimiento del poder adquisitivo de los salarios, medidas de igualdad, formación, seguridad y salud laboral y la negociación de los ERE.
Comentarios