Melendi, cómo hemos cambiado

Fotos

foto 1 de 1

Melendi, cómo hemos cambiado

Aunque suene a tópico, sí parece que este va a ser el álbum más maduro de Melendi. “Tocado y hundido” lleva varias semanas sonando en la radio, y nos ha demostrado que especialmente en lo musical, este hombre ha evolucionado muy bien. No sólo la producción, sino la composición inicial parece que se muestra más dura, más potente y más asentada. Lejos de los rasgos aflamencados y rumberos que hace diez años volvían locos a todos los artistas de este país y con los que llegó al éxito Melendi.

Todo era muy de andar por casa, casi de andar por el barrio más recóndito de Oviedo, pero lo cierto es que el asturiano llegó y besó el santo. Su primer disco no era un prodigio musical, pero el verano fue su aliado y de hecho un año después de publicar su “opera prima”, “Sin noticias de Holanda”, la canción “Con la luna llena” fue elegida como banda sonora de la Vuelta a España. También triunfó “Hablando en plata” por sus juegos de palabras.

Desde entonces Melendi no ha podido jamás igualar aquél éxito tan rotundo. Sus ventas han ido cayendo progresivamente, de los 800.000 discos de su primer trabajo a los 120.000 del penúltimo, que son muchos menos, sí, pero que sigue siendo una cifra difícilmente igualable para el común de los mortales. El caso es que en 2005 volvió con una obra similar, aunque mejor presentada.

 “Que el cielo espere sentao” era su segundo disco, y cuenta con temas que no son una delicia, no, pero son inmortales. Sólo un año después Melendi decidió dar un pequeño giro a sus canciones. El cómputo general era muy similar, pero se iba alejando poco a poco de la rumba e introduciendo más guitarras eléctricas y más potencia en la batería, como en “Calle la Pantomima”.

A partir de aquí Melendi empieza a sonar un poquito más profesional y se iba deshaciendo de esa capa de los bajos fondos para contar con canciones mucho más repensadas y saboreadas. Esta fórmula fue perfeccionada en 2008, con el disco “Curiosa la cara de tu padre”.

Truco: si no eres un gran cantante, lo mejor es poner una segunda voz bien alta en los estribillos para que no se note, como en “Un violinista en el tejado”. Y qué mejor que sea tu pareja, La Dama, aunque su historia no haya acabado con final feliz. Ahora, fue quitarse las rastas y a Melendi le salió vena rockera. Lo demuestra en canciones como “Como una vela”.

En su siguiente disco, la voz de Melendi se vuelve más controlada, y por eso más profesional. Con “Volvamos a empezar”, de 2010, Melendi deja de ser el “quinqui” que protagoniza escándalos en aviones para ser un padre responsable, con profundidad en las letras, con gusto musical y con una voz más que aceptable, que demuestra en “Barbie de extrarradio”.

La verdad es que el asturiano ha protagonizado una de las evoluciones musicales y artísticas más meteóricas de la música española, y lo suyo le costó. En 2012 volvió a contar con algunos de los mejores músicos de este país, lo cual es una ventaja más que considerable a la hora de hacer un disco llamado “Lágrimas desordenadas”.

A pesar de que es uno de los álbumes que menos ha vendido, la verdad es que es uno de los mejores del asturiano. Y eso que lo tenía todo a su favor, especialmente después de su primera aparición en el programa de televisión “La voz”, donde hemos visto lo profesional que se ha vuelto. Tanto, que para terminar, un reto: cierren los ojos y escuchen, apuesto a que no reconocen a Melendi en el tema “Cheque al Portamor”.

Melendi, cómo hemos cambiado  

Compártelo en

Twittear

Menéame

Enviar a

Imprimir

Comentarios