Las trabajadoras de limpieza del Hospital de Getafe se encadenan contra su despido
Son las palabras de Manuela, una de las limpiadoras encadenadas. Su situación refleja el drama de muchas de estas mujeres. Su marido, con 56 años está en paro, al igual que su hijo de 22, al que acaban de despedir. Ahora, si ella se queda sin trabajo, no entrarán ingresos en la familia, salvo la ayuda que les pueda dar su hija, emancipada recientemente.
Como el resto de las 63 limpiadoras llevan trabajando casi toda una vida allí. Muchas 22 años, desde que se abrió el centro, las que menos, 8 años.
Si la Consejería no las recoloca en otros centros o no las asume alguna de las empresas que llevarán la limpieza sanitaria, el 30 de septiembre se marchan sin ninguna indemnización. La media de edad es de 50 años, con lo que la contratación es más difícil, según indicaba María Jesús, otra de las trabajadoras.
Ni las 3.414 firmas de apoyo, ni las dos cartas remitidas a la Consejería de Sanidad pidiendo una reunión, han conseguido que estas trabajadoras tengan respuesta sobre cuál será su futuro.
El colofón de la protesta será una marcha hasta el Ayuntamiento de Getafe donde se formará una cadena humana. Ellas se sienten como David contra Goliat y dicen que no pararán, mientras se animan así.
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