La vista que se ha celebrado este jueves en el juzgado número 38 de la plaza de Castilla ha servido para diseñar el próximo juicio civil contra la compañía Uralita. Se trata de resarcir a 3 mujeres ya fallecidas por un tipo de cáncer de pulmón tan agresivo que nadie sobrevive. Es un tumor típico y único porque sólo afecta a las personas que han tenido un contacto directo con el amianto.
Todo indica que los maridos de estas víctimas, al regresar a sus casas tras la jornada laboral en la fábrica de Uralita de Getafe, se quitaban el mono de trabajo y el asbesto en polvo se diseminaba por el domicilio. Fernando Morillo, abogado de los afectados, ha señalado que “la empresa lo sabía y no se adoptaron medidas para paliarlo”, especialmente cuando a partir de los 80, cuando había medidas de protección contra el amianto que determinaban que los monos de trabajo se tenían que lavar en la empresa, “los empleados de Getafe se los seguían llevando a casa”.
En las próximas semanas se iniciará una avalancha de juicios y demandas contra Uralita por las mismas causas: el amianto mata y eso se sabe desde principios del siglo pasado, pero la empresa presuntamente miraba para otro lado.
Comentarios