Además, se han realizado registros en otros cuatro domicilios de los dos clanes en Madrid capital y en Getafe en los que otras catorce personas fueron arrestadas.
Los responsables de los grupos aplicaban duras medidas de castigo a las mujeres que intentaban escapar, llegando incluso a tatuarles un código de barras en sus muñecas con la deuda contraída con la organización.
Los agentes seguían los pasos de un clan que obligaba a las mujeres que ejercían la prostitución en el polígono Marconi de Madrid a facilitarles parte de sus ganancias.
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