Según ha manifestado una portavoz del Instituto Armado, la operación comenzaba en el mes de septiembre con la detención de dos de los miembros del clan cuando estaban robando uno de los vehículos en Pinto. A partir de ahí se halló al cabecilla de la banda y a dos colaboradores más, el encargado de detectar presencia policial en los alrededores y el mecánico que desguazaba los coches.
La organización solía sustraer vehículos de gama media aparcados en estaciones de Cercanías como la de Pinto. De ahí trasladaban el vehículo a Seseña “escoltado” por una furgoneta que vigilaba por delante si había presencia policial. En la localidad toledana quedaba el coche estacionado unos días para no levantar sospechas y pasado un tiempo era trasladado a una nave de Arganda del Rey.
Allí los delincuentes despiezaban el coche para vender en el mercado negro partes como el motor, las puertas o las cajas de cambios, principalmente a países del Magreb. Después trasladaban el resto, como lunas o tapicerías, a contenedores de localidades alejadas de su radio de actuación, para no levantar sospechas.
La Guardia Civil ha esclarecido doce robos, ha hallado piezas por valor de 300.000 euros, 2.400 euros en moneda fraccionada y maquinaria para despiezar los vehículos.
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