La investigación arrancó en noviembre de 2014 cuando la Guardia Civil detectó un aumento de los robos en bares del suroeste madrileño y se encontraron coincidencias en la metodología utilizada en otros asaltos en zonas limítrofes de Toledo. En varios de los robos el grupo de cinco personas presuntamente responsable había inutilizado los sensores volumétricos de las alarmas.
Posteriormente el grupo se dedicó a asaltar almacenes municipales con diverso material, como en los casos de Cubas de la Sagra, Colmenar del Arroyo y Quismondo (Toledo). Las detenciones, difundidas ahora por la Guardia Civil, se produjeron a finales de marzo en Navalcarnero y Casarrubios del Monte. En la primera localidad se encontraba el centro neurálgico de la organización, la residencia del cabecilla.
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