A partir de ahí los agentes del SEPRONA han desarrollado dos fases más, tanto en Madrid capital como en el sur de Madrid y en Toledo, para dar con todos los integrantes de esta banda perfectamente estructurada y compuesta por ciudadanos de origen español, portugués, brasileño y colombiano, que además tenían una nave base en Toledo.
Todos habían sido ex trabajadores de empresas de telefonía, por lo que conocían a la perfección los túneles subterráneos de cableado y utilizaban material similar como vallas, conos y vehículos con logotipos oficiales para dar la sensación de normalidad en sus robos.
Durante los registros practicados se interceptó un camión trailer que transportaba un total de 25 toneladas de cable de cobre de comunicación de telefónica, que había sido cargado en el interior de la nave con destino Holanda para realizar allí la venta para reciclado de este material.
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