Se ha dicho de ellos que ni estudian ni trabajan. Que nada les importa y nada les estimula. Es una generación de jóvenes incomprendida, como lo han sido todas. Pero, en realidad, tienen mucho que decir si se les presta un poco de atención.
En Fuenlabrada han encontrado una alternativa de ocio y expresión. Son los “Educadores de Calle”, que desde hace casi veinte años recorren las calles de la ciudad animando a los jóvenes ociosos a sumarse al club.
Al programa, coordinado por la Asociación Centro Trama, también llegan chicos con un historial problemático derivados de Asuntos Sociales. El objetivo es ofrecer a todos ellos un centro de reunión en el que puedan descubrirse a sí mismo a través de sus propios hobbies.
Participan en talleres de rap, hip-hop o graffiti, cuentan con el apoyo de pedagogos, profesores y psicólogos para tratar sus problemas cotidianos o ayudarles en sus estudios, y, a menudo, realizan excursiones culturales.
Se trata de una labor conjunta entre la propia asociación y la Concejalía de Bienestar Social en Fuenlabrada. Con ello, coinciden la edil Marisa González y el coordinador del proyecto Oscar Cantero, lanzan a los jóvenes un mensaje de optimismo y superación.
Pero lo más importante es que aquí encuentran un lugar para ser ellos mismos. Lejos de juzgarles por como visten o por como hablan, los “educadores de calle” tienen la misión de incentivarles para que vean al mundo no como un enemigo, sino como un lugar lleno de posibilidades.
El proyecto de los “Educadores de Calle” se enmarca dentro del programa de Promoción e Intervención Social en Adolescentes, que funciona en el municipio desde 1989. Actualmente atienden a unos 200 jóvenes en diferente situación, aunque medio centenar acude todas las tardes al local de la Asociación Trama para participar en estas y otras muchas iniciativas dirigidas exclusivamente para ellos.
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