En la sentencia, la Sala impone al hombre quince años de prisión por un delito de homicidio con la agravante de parentesco y además deberá indemnizar con 30.000 euros al esposo de la víctima y con 120.000 euros a cada uno de sus hijos.
El procesado mantenía una relación sentimental con la víctima, quien convivía con su pareja y padre de sus dos hijos, de 7 y 5 años. En la mañana del 5 de febrero de 2009, se encontraba en la habitación de la casa de la víctima y esgrimió un cuchillo que llevaba consigo de unos 10 centímetros de hoja.
La pareja inició un forcejeo, en cuyo transcurso el hombre le causó diversas heridas inciso cortantes en la cara y diversas heridas superficiales en el dorso de las manos.
Después le asestó dos puñaladas mortales e intentó suicidarse con diversos cortes en el cuello.
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