El auto obliga al embotellador único de Coca Cola en España a pagarles, hasta que se pronuncie el Supremo, los salarios de sustanciación. La decisión afecta en total a los 308 trabajadores, en su mayoría de la fábrica de Fuenlabrada, que no se han incorporado al puesto de trabajo que la compañía les asignó en otra ciudad.
Esta decisión ha sido acogida con satisfacción contenida en el campamento de Fuenlabrada y con una sensación agridulce. Aunque supone darles la razón en su postura de ser recolocados en misma fábrica donde trabajaban anteriormente al ERE, temen que el cobro de los salarios de sustanciación se retrase, igual que ocurre con los de tramitación. Y es que estos retrasos han llevado a las economías familiares al límite, según reconoce, Juan Carlos Asenjo, representante de CCOO.
El auto, en el que se admiten “parcialmente” las solicitudes de UGT y CCOO, también afecta a los 20 trabajadores que sí se incorporaron, pero en fábricas alejadas y a otros 10 con contratos fijos discontinuos pendientes de vencimiento de la fecha para su incorporación también en lugares de diferentes a donde estaban sus puestos.
Comentarios
Pedro Barrios dice:
Un auténtico Víacrucis para el personal de Coca Cola, en las factorías de Madrid. Las multinacionales deberían desaparecer del mapa laboral. La prepotencia de las citadas, no tiene límite, están de forma ininterrumpida mirando cómo pueden ganar más, que es lo único, que les importa. Una empresa se pone para ganar dinero, por supuesto, pero el abuso del poderío y el maltrato a sus plantillas, deberían castigar, aplicando leyes justas, que en lo laboral, casi han desaparecido, al igual, que los derechos.
martes, 27 de enero de 2015 a las 18:48