La afición del Alta Gestión Fuenlabrada tendrá que hacer ruido este fin de semana.
La afición del Alta Gestión Fuenlabrada tiene un nuevo reto el sábado desde las siete de la tarde. Además de llenar las gradas como en cada encuentro, esta vez el nivel de sus jaleos va a ser medido científicamente. Sí, como lo oyen, y es que al pabellón Fernando Martín llegará un invitado especial, el “sonómetro ACB”.
Este aparato es capaz de medir el empuje de las gradas a través de los decibelios que producen, por lo que todos los ánimos, aplausos o pitadas del encuentro serán pocos. El sonómetro ha registrado hasta ahora el ruido de las últimas siete finales ACB, siendo la más potente la del Pabellón Martín Carpena de 2006 con más de 117 decibelios.
Pero la afición naranja no necesita una motivación extra para dejarse las gargantas, ya que el partido contra el Ricoh Manresa vale más que una victoria. Los catalanes están sólo un puesto por detrás de los fuenlabreños, con las mismas victorias pero con un partido más. Si el conjunto de Luis Guil consigue ganar, batirá su propio récord de victorias consecutivas en casa alcanzando las siete.
Cambiando de balón, el Club de Fútbol Fuenlabrada afronta una nueva final lejos de La Aldehuela. El domingo viaja hasta Ciempozuelos para tratar de adelantar al equipo local en la tabla, del que ahora le separan dos puntos. Ambos siguen peleando por aferrarse a los puestos de Playoff de ascenso, un objetivo que está sólo a un par de victorias. Todavía quedan 33 puntos en juego, pero los fuenlabreños ya han desaprovechado demasiadas oportunidades de encaramarse a la parte alta de la clasificación.
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