La Asociación de Víctimas del Amianto (Avida) ha asegurado que las prendas de los trabajadores llegaban a casa duras como una piedra e incluso los pantalones del uniforme se tenían en pie.
El color y la rigidez eran provocadas por la presencia de miles de pequeñas fibras de amianto procedentes de la fábrica y que las mujeres sacudían antes de proceder a lavarlas.
Una de las mujeres perdió a su marido en el año 2009 a causa de una enfermedad provocada por el amianto, que también padece ella, y la otra falleció en noviembre de 2011 también como consecuencia de un mesotelioma (cáncer específico del amianto).
Está previst0o que un centenar de esposas e hijas de los trabajadores se concentren a las puertas del juzgado para que termine el trato discriminatorio que padecen al no estar incluidas en el programa de vigilancia de la salud de los trabajadores expuestos al amianto, lo que impide el diagnóstico precoz.
El presidente de la asociación de Víctimas del Amianto, Juan Carlos Paúl, ha manifestado que solicitan a Uralita una indemnización de 120.000 euros para la familia de la mujer fallecida y de entre 60.000 y 80.000 euros para el otro caso.
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