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Fuenlabrada cuenta con un 15,78% de población inmigrante, y lleva muchos años trabajando por la acogida de las personas que llegan al municipio. Según su alcalde Manuel Robles, a través de proyectos como el “Plan Convive” o “Ciudades no gueto” se aplican políticas transversales en concejalías como Servicios Sociales, Empleo o Seguridad Ciudadana. De hecho el propio regidor califica a Fuenlabrada como “una ciudad de inmigrantes”, que creció gracias a la inmigración interna española en los 60 y 70.
En la actualidad la depresión económica también afecta a la llegada de trabajadores desde otros lares. Según expertos como el ponente Daniel de Torres, consultor experto del Consejo de Europa, “es necesario adaptar los servicios” a la inmigración poniendo el acento en la convivencia y la interculturalidad, en un momento en el que en Fuenlabrada se nota el descenso de las llegadas especialmente desde Latinoamérica. Un asunto clave, asegura, es el trabajo en origen con los menores que se reagruparán con sus padres en España, una práctica en la que nuestro país es casi único en el continente.
Estas Jornadas sobre inmigración y acogida han contado asimismo con tres talleres acerca de la lengua y la cultura española, los aspectos jurídicos para el ejercicio de la ciudadanía, y el empleo como elemento fundamental para la integración.
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