La noticia de la sentencia favorable a los trabajadores ha sido celebrada con gritos de alegría, abrazos y hasta brindis en el campamento de Coca Cola en Fuenlabrada. Y es que la decisión judicial demuestra, según nos dice Leandro Pulido, uno de los trabajadores, que “La lucha si sirve para algo”. Ahora más que nunca se dan cuenta que este tiempo de acampada, manifestaciones y protestas, casi un año, no ha sido en vano.
Por eso la felicidad es “inmensa”, según reconoce el portavoz del campamento, Juan Carlos Asenjo, “algo parecido a cuando te toca la lotería”, apuntaba Marcelo Álvarez, otro de los trabajadores. Una alegría a la que se sumaban todos, con cánticos incluidos.
Pero la satisfacción por la sentencia no hace olvidar que todo no ha terminado, porque, recuerdan, el conflicto sólo acaba con la reapertura de la fábrica de Fuenlabrada y la reincorporación a sus puestos de trabajo. En esta planta se produjeron 236 despidos forzosos.
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