Según el gobierno de Ganemos, las posibilidades pasaban por mantener el tipo impositivo pero renunciando a la reducción aprobada por la Dirección General del Catastro, mantener el tipo y aplicar la revisión catastral o por último aplicar dicha revisión pero subiendo el tipo impositivo.
En el primer caso todo quedaría igual, sin beneficiar a los vecinos; en el segundo, quedarse sin 15 millones de euros y poner en peligro la estabilidad presupuestaria; y en el tercero, bajar el IBI menos, un 21 por ciento, pero garantizar la viabilidad del Ayuntamiento.
Esta última opción ha sido la apoyada por Ganemos y PSOE, ya que según la concejala de Hacienda, Consoli Astasio, lo contrario habría sido dinamitar los ingresos del Ayuntamiento. Con todo la bajada del recibo se sigue produciendo y además establecen facilidades y bonificaciones a las familias más necesitadas.
Por su parte desde el PP el concejal Salomón Aguado ha indicado que la actitud “irresponsable” del gobierno ha hecho que los vecinos no se puedan beneficiar de una bajada del IBI del 43 por ciento que ellos, antes de salir del gobierno, ya habían planeado junto con la revisión catastral.
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