Antes o después tenía que llegar, y “El Fundi” realizó su último paseíllo como matador en la plaza de Palos de la Frontera. Al primero de la tarde costó sacarle un par de pases, pero el fuenlabreño tiró de paciencia para metérselo en el bolsillo y cortarle un apéndice. Lo mejor de la faena fue la estocada, todo un homenaje a la suerte que mejor ha dominado el diestro durante los últimos 25 años.
En el cuarto José Pedro Prados dedicó el brindis a sus compañeros de furgoneta y burladero, en un pequeño cónclave con sabor a despedida. Sólo fallaron el toro parado de Juan Pedro Domecq y la lluvia, que reflejó con más fuerza de la deseable la pesadumbre del cielo por el adiós del maestro. Aún así, y gracias a un buen arrimón de puro corazón, consiguió arrancar la segunda oreja tras un pinchazo. Los compañeros de terna, Padilla y José Doblado, acompañaron al torero de Fuenlabrada en su salida a hombros en Palos de la Frontera.
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