Cada año pasa algo parecido. Llegan los meses de julio y agosto, y en muchos hogares las vacaciones no coinciden o el plan familiar no acaba de convencer a todas las partes. Es cuando la figura del Rodríguez hace su aparición, y tanto ellos como ellas deben descubrir el maravilloso mundo de hacer la compra, cocinar a diario o planchar.
La versión femenina del Rodríguez aún no está muy extendida, quizás por la mala fama que lleva asociada. Vida desordenada, mucha marcha en los ratos libres y descanso de la familia son aspectos comunes a la vida del Rodríguez y que no tienen que ser necesariamente negativos.
Ya queda menos para el mes de septiembre, una pena para los Rodríguez de vocación y un alivio para los que se ven obligados a disfrutar de las vacaciones a través de las fotos de la familia.
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