Los detenidos accedían a los garajes privados donde había motos de gran cilindrada empleando una llave falsa o maestra. Para trasladarlas usaban una furgoneta, robada en 2009, con la que llevaban las motocicletas a otros municipios, donde contaban con almacenes para manipularlas sin riesgo.
El “modus operandi" era localizar primero la moto que se quería robar y antes de cometer el delito adquirían en los desguaces o en comercios de compra venta de piezas los elementos correspondientes al vehículo que querían sustraer. Con el chasis conseguían también toda la documentación asociada, así como la matrícula. Después clonaban las piezas de la moto robada en el chasis adquirido, consiguiendo una moto con una matrícula y documentación a nombre de uno de los detenidos, con total apariencia de legalidad.
La organización conseguía unos 6.000 euros por cada venta que realizaba a través de internet o de casas de compra venta, según el Gabinete de Prensa de Policía Nacional.
Las investigaciones comenzaron el pasado mes de octubre cuando se detectó un progresivo aumento de robos de motocicletas de alta cilindrada en Fuenlabrada.
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