Las culpables de que Daniel y su compañero de expedición no pudieran coronar la montaña tropical más alta del planeta fueron las intensas nevadas, las placas de hielo y el peligro de aludes y avalanchas.
Dichas condiciones meteorológicas, bastante poco usuales en esta época del año, les obligaron a dar la vuelta a ellos y a otras cinco expediciones internacionales, cuando se encontraban por encima de los 6.200 metros de altitud.
A pesar de haber vuelto sin haber colocado la bandera de Parla en la cima del Huascarán, al igual que hizo el verano pasado con el pico más alto de Europa, el Elbrus, Pelegrina se ha mostrado satisfecho con la experiencia y ha asegurado que le ha supuesto un gran aprendizaje.
El montañero de Parla prepara ya nuevas expediciones, en las que intentará que la bandera de la localidad ondee en lo alto de cimas como las del Elbrus, el Urus, el Ishinca o el Tocllaraju; por las que ya ha pasado.
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