Según algunas previsiones demográficas, en el año 2080 España será el país comunitario con mayor número de personas mayores de ochenta años. Los octogenarios pasarán del actual 4,9% al 14,2% de la población total, por encima de la media europea del 12%. Y los mayores de 65 años supondrán un 31,5% de la población total de nuestro país. Por eso, Francisco José Soria Perdomo, jefe del equipo médico de apoyo quirúrgico del Hospital Sur de Alcorcón y geriatra de los hospitales Sur de Alcorcón, Clínica La Luz y Fundación Jiménez Díaz de Madrid, nos pide “reflexionar respecto a tu propio edadismo, es decir la discriminación por razón de edad” y, advierte, eso nos puede pasar “si eres de los que piensa que todo aquel que es mayor que tú, es viejo. Si las únicas personas mayores con las que tratas son tus propios abuelos o quizás los de tu pareja o si tienes reparos a la hora de contactar con alguien mayor”.
Entre los consejos para solucionar esta discriminación y ser más respetuoso con los mayores, Soria Perdomo nos recomienda interesarse “por personas mayores en su entorno habitual. Saber a qué se dedican. Intente realizar dicho ejercicio con aquellas personas mayores en el entorno de sus amigos. Conocerá que en la vejez aún es posible reinventarnos.”
Pero además también se puede ser más considerado respecto al estado de salud de los mayores. “Recuerde que en la medida que se envejece nuestro cuerpo se deteriora. Ceda el asiento en el trasporte público y asístala para moverse si es necesario pero hágalo con naturalidad y no porque la persona sea vieja”.
También hay aspectos puntuales, por ejemplo “no grite al mayor, muchas veces es necesario sólo agravar el tono de voz porque si no recibiremos por respuesta un “no me grite que no estoy sordo”. Tampoco lo trate como si fuera tonto, el mayor probablemente es más listo y con más sabiduría que tú. Recuerde siempre que se trata de una persona como tú, sólo que con más edad” y “ser siempre respetuoso, tendemos a hablar de los mayores cómo si estuviesen ausentes aún dentro de una conversación. Dependiendo de la persona es necesario usar usted en lugar de tu”.
También es bueno no asumir que la persona necesita ayuda o intentar intercambiar opiniones con las personas mayores. “Se puede hablar absolutamente de todo y sus opiniones siempre serán interesantes. Recordemos siempre que han vivido muchas más experiencias que nosotros y su sabiduría no se aprende en la universidad”.
Los mayores pueden enseñarnos mucho sobre asertividad, asumir la vejez, tomar la vida con calma o no preocuparnos excesivamente por cosas que a la larga se resolverán solas.
“En la atención médica también debemos combatir dicha discriminación prestándole a los mayores una atención adaptada y haciéndolos más presentes en los campos de investigación”, reconoce el geriatra.
Para concluir, Soria Perdomo nos traslada dos preguntas, “¿Cómo queremos ser tratados al envejecer? ¿Somos diferentes por el hecho de tener arrugas o canas en las sienes?”
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