“La tecnología ha invadido, para bien, la medicina” explica Iván Carabaño Aguado, jefe de Servicio de Pediatría de los hospitales Rey Juan Carlos y General de Villalba. Es el caso de los desfibriladores autoimplantables, “que detectan y solucionan la presencia de arritmias potencialmente letales” o las bombas de insulina, “que detectan las variaciones importantes de la glucosa en sangre, y actúan en consecuencia) son buenos ejemplos, ya consolidados”.
Eso es el presente, pero de cara al futuro cercano, se tendrá hará aprovechando la universalidad de la comunicación vía internet, smartphones… “el futuro va hacia la generalización de las consultas no presenciales, sobre todo en pacientes crónicos en edad laboral. Los médicos nos podremos comunicar, en casos seleccionados, con los pacientes, para informar de resultados o modificar pautas de tratamiento”, apunta Carabaño.
Además, con el auge de la vida sana, la cultura de los hábitos saludables y el desarrollo de las aplicaciones para móviles, “el futuro estará en un app que informe, para cada persona concreta, de qué cosas tiene que mejorar en el día a día, en tiempo real”.
En cuanto a la presencia de robots en hospitales y centros de salud, diferentes centros de la región cuentan ya con el Da Vinci, un robot asistente quirúgico que reduce el temblor del cirujano en operaciones delicadas, y en el hospital Povisa de Vigo, Miguel Ángel López Vázquez, jefe de servicio de rehabilitación, lleva a cabo un proyecto con robots que complementan la labor de los fisioterapeutas y de los terapeutas ocupacionales. “Estos robots contribuyen a que los pacientes con movilidad reducida puedan, por ejemplo, peinarse, o acariciar a sus hijos. A través de unos sensores, detectan el inicio del movimiento, lo potencian, y el paciente lo acaba consiguiendo”, explica López Vázquez..
En cualquier caso, los dos doctores reconocen que la tecnología supondrá, como viene ocurriendo hasta ahora, sólo un complemento. “El buen médico siempre será el que escucha hasta la última gota, el que informa, el que empatiza, el que sabe ponerse del lado del paciente”.
Comentarios
Lidia dice:
A medida que uno va tomando conciencia de cómo se hace mayor (en la mente y en el cuerpo), da confianza y seguridad saber que hay gente que se prepara, cada día, para hacernos la vida más fácil.
Gracias
miércoles, 11 de noviembre de 2015 a las 22:19