El doctor Iván Carabaño ha explicado que también “se habla cada vez más del efecto protector del café sobre las enfermedades hepáticas, ya que en concreto, el consumo de café con regularidad acelera la recuperación de la hepatitis, el hígado graso, la cirrosis y el cáncer de hígado”.
“No obstante, hay que interpretar todos estos datos con cautela, pues no se ha establecido cuál es el café más saludable” matiza Carabaño, en referencia a las diferentes modalidades: espresso, con filtro, de pote, de sobre, descafeinado... Tampoco se ha determinado cuál es la cantidad de café ideal que hay que tomar al día, ni el tamaño de las tazas de café.
Además se supone que el efecto analgésico de algunos medicamentos, como el ácido acetilsalicílico se potencia con la cafeína.
Entre los efectos negativos, aumenta la frecuencia cardiaca y por eso, se recomienda evitarlo en la gente que padezca algunas alteraciones del ritmo cardíaco, y puede provocar malestar de estomago.
Otro debate es si los niños pueden tomar café: Carabaño explica que el consumo se debe “esencialmente por motivos culturales y de costumbres. Bien es cierto que su efecto taquicardizante puede hacer que se pongan más nerviosos de lo habitual en ellos, y acabar desesperando a los padres”.
Igualmente, hay algunos estudios que dicen que el café genera cierta dependencia, “pero este hecho no está establecido firmemente”, señala el doctor.
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