El acusado, diagnosticado de esquizofrenia y privado de libertad desde que sucedieron los hechos en 2012, vivía de alquiler en una habitación en Parla. Según la Fiscalía el 29 de noviembre de ese año trató de tocar un pecho a la madre de los niños, y después le arrojó agua hirviendo y la apuñaló en repetidas ocasiones. La mujer logró salir de la casa y pedir ayuda, momento que aprovechó el supuesto agresor para ir a la habitación de sus dos hijos.
Al niño de tres años le propinó varios cortes y le golpeó la cabeza contra un armario, lo que le produjo la muerte tras llegar al hospital. Al bebé de un mes también le fracturó el cráneo a golpes, pero éste murió en el acto. Asimismo apuñaló a la bisabuela, que consiguió sobrevivir. La Fiscalía pide que los más de 40 años a los que se enfrenta el acusado por los dos asesinatos alevosos y dos más en grado de tentativa se cumplan en un centro médico psiquiátrico.
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