Los hechos ocurrieron en marzo de 2013, cuando la víctima, Sonia, madre de una niña y enfermera del Hospital del Tajo, aparecía muerta en su domicilio en Aranjuez con un disparo en la sien, para el que habría usado el arma reglamentaria de su marido. Fue él quien avisó al 112 del “suicidio” de su mujer. Sin embargo, su frialdad durante el entierro hizo sospechar a la Policía, que lo detenía días después en el cuartel de la Guardia Civil de Leganés, donde estaba destinado como cabo primero.
Ahora, según el relato del fiscal, se sabe que en realidad la mujer llegó al domicilio de la pareja y se acostó tras jugar con su hija, entonces de dos años y medios. Fue el momento que aprovechó el acusado para dispararle a sangre fría cuando aún dormía. El juicio ha comenzado este lunes y la Fiscalía pide 20 años de cárcel para el acusado.
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