El pasado mes de abril Coca Cola rescindió el contrato con la compañía de mantenimiento y depuración de la planta, un fin de contrato que entraría en vigor a partir del 30 de mayo. Los sindicatos denuncian que durante este mes de mayo la empresa ha impedido el acceso a los trabajadores encargados del tratamiento de residuos, con lo que temen que la situación llegue a ser peligrosa.
En la planta hay depósitos con entre 4 y 5 millones de litros de agua con fangos activos, residuos biológicos derivados de la producción de refrescos, que deben ser oxigenados para evitar que se pudran y se emitan gases tóxicos. Otro riesgo si no se mantienen las válvulas y el sistema de ventilación puede provocar vertidos accidentales en la red pública de saneamiento, según Juan Olaso, secretario de Medio Ambiente CCOO Madrid.
Olaso apunta a que todo puede ser una estrategia para no cumplir la sentencia del Supremo. Dice que el permitir la putrefacción de residuos puede ser la excusa para decir que es inviable convertir de nuevo la planta en un centro productivo.
Comentarios