Los hechos no han dejado indiferentes a nadie: una verdadera revuelta que cargó contra los agentes en una zona donde, al parecer, se hacía botellón, importantes destrozos en el mobiliario urbano, un coche patrulla calcinado e, incluso, el intento de asalto a la comisaría del municipio. Al final: 20 detenidos, siete de ellos menores. Todos puestos ya en libertad.
En la calle, los ciudadanos de a pié intentar encontrar algunas respuestas que expliquen este comportamiento.
Una juventud desilusionada por el panorama actual, sin perspectiva hacia un futuro mejor, la falta de respeto ante al figura de autoridad y, por supuesto, la influencia de los efectos del alcohol, son algunas de las hipótesis a barajar.
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