La mayoría de los alumnos de los cursos de chino, con un nivel básico y otro más avanzado, son españoles que ven en este idioma un futuro prometedor. Los que finalizan el curso se presentan después a los exámenes oficiales de la Escuela Confuncio, un organismo similar al Instituto Cervantes, donde todos están superando las pruebas. Se da la circunstancia, según indica el concejal de Juventud e Infancia fuenlabreño, que muchos de los alumnos que apuestan por el chino son estudiantes de la Universidad Rey Juan Carlos, que ven este idioma como aliciente más en su carrera.
Pero si hay un curso que destaca, por lo poco habitual, es el de Lenguaje de Signos. Una iniciativa que siguen niños de entre 6 a 12 años, que quieren aprender a hablar y a comunicarse de otra manera y para entender a aquellos que no pueden hacerlo de forma verbal. Es una propuesta, según Paloma, donde de forma lúdica se realiza un trabajo más inclusivo.
Otro de los cursos que tiene más aceptación es el de árabe, en su mayoría con alumnos de origen musulmán que quieren mantener la lengua de sus padres. Junto con estas enseñanzas, están la de inglés, la más demandada con diferencia y la de alemán, que al contrario de lo que pudiera parecer, no es de las más solicitadas.
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