El problema es que esa carretera corta el camino natural que siguen los anfibios desde sus hábitats hacia los lugares de reproducción y cría. En ese trayecto, no existe ningún paso habilitado y se encuentran con obstáculos insalvables por lo que se encuentran a merced de los vehículos que por allí discurren.
Por ello, la organización exige “la aplicación de medidas urgentes para frenar los atropellos de anfibios, como el diseño de un vallado permanente y de pasos adecuados para fauna”. Esto afecta a dos especies concretas: el sapo corredor (Bufo calamita) y el sapo común (Bufo spinosus).
Según el Informe realizado por diferentes asociaciones ecologistas, en los últimos cuatro años, las poblaciones de anfibios de esta zona se han reducido más de un 50% debido estos accidentes, que ascienden a cinco mil anfibios atropellados hasta la fecha y de más de seis mil salvados gracias a los voluntarios de WWF y otras asociaciones.
La organización señala que el principal problema de este punto negro es que “el procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental asociado a la construcción de esta carretera no contemplaba ni las poblaciones de anfibios presentes en la zona ni sus necesidades migratorias”.
Según WWF, desde la Comunidad de Madrid se ha respondido a la carta asegurando que “no hay presupuesto para ningún tipo de modificación de trazado o de adecuación de la vía”.
Comentarios
ramon carricero dice:
Mientras no pidan que se proteja a los mosquitos, aún vamos bien, que el ayuntamiento fumiga cada 10 días.
lunes, 23 de marzo de 2015 a las 02:34