Un disco en directo celebrando sus 50 años y otro a dúo con Ana Belén son los proyectos inminentes que últimamente está anunciando uno de los artistas más incombustibles de nuestro país, amado y odiado a partes iguales pero de indudable influencia en el cancionero con canciones como en “Soy un corazón tendido al sol”.
Después de sus inicios en varios concursos, en 1965 graba algunos sencillos y en el 69 publica su primer disco como recopilación de esos temas y que ya le habían granjeado algún problema con las autoridades, como “Cobarde”, aunque había otras más sentimentales, como “El abuelo Vítor”, que todavía está entre las imprescindibles.
Sus siguientes discos le sirven para consolidar su éxito incipiente e incluso para promocionarse en Latinoamérica, donde luego ha sido otro de los grandes referentes musicales. La de los 70 no fue una década especialmente fácil ni para Víctor Manuel ni para su por aquel entonces ya mujer, Ana Belén. Y es que llegaron a sufrir un atentado en su casa, aunque ellos no estaban presentes, por canciones tan marcadamente políticas como “No quiero ser militar”, del 77.
De donde no se ha apartado nunca Víctor Manuel es de sus profundas raíces asturianas. Durante toda su carrera ha publicado temas recordando su tierra e incluso en asturiano, como hizo el mismo año 77 con temas como “Danza del cuélebre” o como ha hecho con otro célebre llamado, simplemente, “Asturias”.
En los albores de la década de los 80, con una situación política algo más normalizada, Víctor Manuel no abandona las canciones reivindicativas pero retoma otros asuntos en sus letras. De hecho es de 1979 cuando publica el disco “Soy un corazón tendido al sol”, con uno de sus mejores trabajos, “Sólo pienso en ti”.
Ya en 1981 enlaza con otro de sus grandes éxitos, “Ay, amor”, que se convierte en otro de sus temas inmortales. En esta nueva década Víctor Manuel se va a dividir en diversos aspectos, no sólo el político, también el de productor cinematográfico y creador de otra productora musical. E intentó un ligero giro con canciones como “La madre”, de 1988, que en lo literario volvía a ser una obra maestra.
La década de los 90 para el asturiano se destacó más por las giras multitudinarias y por las colaboraciones en múltiples proyectos que por canciones que hayan marcado la vida de sus admiradores. Algo similar sucedió en la primera década del nuevo milenio. Pero baste destacar alguna canción de ambas épocas: de la primera, quizá “Sin memoria”; de la segunda, posiblemente “El club de las mujeres muertas”.
La carrera de Víctor Manuel no se podría entender si no incluimos alguno de los grandes temas a dúo con su mujer. Las voces de Víctor Manuel y Ana Belén parecían obligadas a entenderse, y vaya si lo hicieron en varios de sus discos en directo grabados conjuntamente y con canciones como la inmortal “La puerta de Alcalá” o con la versión “Contamíname”, original de Pedro Guerra.
El tiempo apremia y para repasar todos los éxitos de Víctor Manuel necesitaríamos varias horas, así que asumiendo que en esta breve selección faltan muchos temas, nos despediremos con algo de lo más nuevo del asturiano, que en 2008 nos regalaba sus últimas composiciones con temas que siguen su estilo propio como “Cómo voy a olvidarme”.
Comentarios
Pedro Barrios dice:
Nada cambia, es la evolución inexorable y gracias a que un día nos iremos de este asqueroso mundo. Gracias a Victor manuel y a tantas y tantos artistas, que nos lo hacen más llevadero. Hay personas, que nunca deberían desaparecer para siempre.
miércoles, 03 de diciembre de 2014 a las 21:18