La idea es que en gran parte del municipio se pueda actuar de forma rápida ante un infarto, rapidez que puede resultar crucial a la hora de salvar la vida a una persona. Es decir, convertir Valdemoro en un “espacio cardioprotegido”.
Para ello el consistorio ampliará la red de desfribriladores actuales con siete nuevas máquinas y fomentará cursos y jornadas de formación para que la población no sanitaria se familiarice con el uso de estos dispositivos. Además, empresas, asociaciones, clubs deportivos o colegios podrán adherirse a esta iniciativa, colocando desfibriladores en sus instalaciones y participando en actividades formativas de primeros auxilios y de reanimación cardiovascular.
Para la concejala de Acción Social, Salud y Consumo, Sonia Sánchez, el objetivo es “convertir Valdemoro en una ciudad cardioprotegida”, para lo cual se extenderá la actual red de desfibriladores al mayor número de centros públicos posibles.
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