El estrés es una de las causas más comunes para que se produzca un ataque de migrañas. Pero también influyen los cambios atmosféricos, los hormonales o en nuestros hábitos de sueño.
Con motivo de Día Europeo de Acción contra la Migraña, celebrado el pasado 12 de septiembre, se lanzan algunos datos de dolencia más común de los que parece.
De hecho, según la Sociedad Española de Neurología, afecta a entre 3’5 y 5 millones de Españoles. En Europa se da entre el 16% de las mujeres y el 12% de los hombres y, según la Organización Mundial de la Salud, es una de las veinte enfermedades más discapacitantes.
Y es que cuando el paciente sufre este fuerte dolor de cabeza, apenas puede llevar a cabo actividades laborales, familiares o sociales. El 60% de los afectados se ve absolutamente incapacitado para ello. Es más, se estima que las migrañas le pueden suponer la pérdida de casi ocho jornadas laborales al año, por no hablar del palpable descenso de productividad que se aprecia los días que, aún doliéndole, va a trabajar.
No obstante, prácticamente la mitad de los afectados no ha recurrido nunca a un neurólogo y más del 30% ni siquiera se lo ha consulado a su médico.
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