A las siete de la mañana ya había cerca de doscientas personas en la entrada principal de la fábrica de Coca Cola en Fuenlabrada. Trabajadores y ciudadanos procedentes de diferentes colectivos sociales y vecinales que siguiendo el llamamiento hecho por redes sociales se personaban para bloquear la puerta de entrada junto con los trabajadores acampados. No ha habido conflicto, ni intento de entrar por parte de furgoneta alguna. Lo que sí se ha visto, según indica Juan Carlos Asenjo, de CCOO, es un incremento de vigilancia privada.
Dice Asenjo que la fábrica está tomada por vigilantes, “como si fueramos criminales”, unos 70, y critica que Coca Cola tenga dinero para pagar este despliegue y no para abonar a los trabajadores sus salarios de tramitación. Más que falta de liquidez es de voluntad, asegura.
Los trabajadores mantendrán sus concentraciones en la puerta principal, aunque empiezan a especular con que se hayan camuflado trabajadores como vigilantes para continuar desmantelando la línea productiva, aunque no hay ninguna confirmación al respecto.
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