Si un fumador quiere dejar el hábito no vale con convencerse de que fumar es perjudicial. Eso ya la sabe. Además se escuda en los placeres que, cree, le reporta la nicotina. Pero no son más que ilusiones.
El experto en adicciones, Geoffrey Molloy, y autor del método “Es fácil dejar de fumar si sabes cómo”, propone sacar de la ecuación todas estas razones y no preguntarnos “por qué dejar el tabaco”, sino “porqué empezamos a fumar”. Al fin y al cabo la mayoría de los fumadores empiezan jóvenes y no buscan precisamente el placer, de hecho lo más probable es que ese primer pitillo les resulte desagradable.
Presión social, compañía e imagen suelen ser las razones más habituales y recordar que lo natural es no fumar es el primer paso para dejarlo. Pero eso sí, lo más importante para que éste, o cualquier otro método funcione, es querer dejarlo de verdad.
Se aconseja al fumador que no desconfíe de su fuerza de voluntad, ya que si fracasa se sentirá torpe. De hecho, Molloy, titula su libro “Dejar de fumar para torpes”, para el que ha contado las con las ilustraciones de Forges.
El autor ha estado firmando ejemplares y dando conferencias en Fuenlabrada con motivo de la campaña que ha arrancado una librería de la localidad, “A 3 tintas”, para concienciar a los padres de que no fumen delante de sus hijos bajo el título “Querer es poder, hazlo por ti, hazlo por ellos”.
Para ello también han repartido un cuestionario entre algunos colegios de la ciudad preguntando a los niños si les gustaría que sus padres dejasen de fumar y si les molesta el humo del tabaco. La respuesta ha sido un “sí” rotundo a ambas preguntas.
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