Esta no es la historia de un Centro de Mayores. Es la historia del Centro de Mayores de Estrella, Antonio o Manuel. En abril de 2012 la obra social de Caja Madrid anunció que echaba el cierre a 40 de sus centros en la Comunidad para “optimizar recursos” y dedicarlos a personas en riesgo de exclusión social. Pero estos jóvenes de espíritu decidieron levantarse casi en armas, y al estilo de la aldea gala de Asterix, aguantaron la embestida de los romanos a base de encierros y protestas.
Estas acciones dieron fruto y la Obra Social cedió indefinidamente su centro a los mayores, que previamente debieron constituirse en Asociación Cultural. De esta forma el de Fuenlabrada se convirtió en el primero en ser autogestionado por sus socios; pero por delante estaba el reto de conseguir que saliera adelante con una mínima ayuda, como indica el presidente de la Asociación Manuel Valera.
Pero además hay que sufragar alarmas, mantenimiento y seguros, algo que se consigue con los 24 euros de cuota anual de cada uno de los más de 850 socios, patrocinios y parte de los beneficios de la cafetería y la peluquería. Todas las actividades a disposición de los mayores son gratuitas, y pueden realizarse gracias al trabajo voluntario de los monitores.
Otra de las piezas clave para que el centro siga en pie siete meses después es el secretario de la Asociación, Marcelo Cornellá, que asumió el diseño del proyecto inicial y se ocupa del farragoso papeleo.
Los mayores están encantados de seguir en su centro de reunión, donde no sólo juegan a las cartas o participan en los bailes; también colaboran en la gestión.
En otras localidades como Alcobendas este tipo de centros quedó en manos del Ayuntamiento, pero su apertura sigue paralizada en la actualidad por cuestiones burocráticas. En el de Fuenlabrada tienen por delante las subvenciones locales y regionales, gracias al rejuvenecimiento de sus usuarios, y desde la Fundación de la Obra Social, vista su perseverancia, ya les han prometido ordenadores nuevos.
Estos veteranos galos lo tienen muy claro: los ingredientes de la poción mágica para mantener en pie su aldea son precisamente esos, la lucha y el tesón.
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