El caso se remonta al año 2008, cuando un paciente de 29 años acudió a la clínica para pedir una posible solución a su caso, ya que le faltaban 12 dientes. La odontóloga le propuso varias alternativas y eligió una consistente en la extracción de todos los dientes y la colocación de sobredentaduras apoyadas en cuatro implantes.
Sin embargo este tratamiento era inviable ante la carencia de un determinado hueso, algo que se podría haber descubierto con un TAC bixamilar. De esta forma, el paciente tuvo una prótesis “de quita y pon” y abandonó el tratamiento.
Ahora la Justicia vuelve a dar la razón al demandante para que se le indemnice por el gasto inútil en el tratamiento y por el trastorno causado, ya que según la sentencia se violó su derecho a la información.
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