La investigación comenzó tras la denuncia del dueño de la empresa automovilística de Pinto, en la que alertaba de la desaparición recambios en sus instalaciones. La Guardia Civil montó un dispositivo de vigilancia alrededor de uno de los sospechosos, empleado de la factoría, hasta que el 10 de enero fue sorprendido a la salida con once piezas que no pudo justificar.
Al día siguiente trató de hacerlo aportando un documento que, según la Guardia Civil, era falso y realizado por su propio hijo, también trabajador de la empresa.
Padre e hijo, con 58 y 33 años, son vecinos de Getafe y fueron detenidos por presuntos delitos de hurto y falsificación documental.
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