El empleado, Felipe Betancourt, de nacionalidad colombiana, trabajaba sin haber sido dado de alta en la Seguridad Social y carecía de permiso de residencia y de trabajo.
Su labor consistía en tareas de limpieza de máquinas de producción de embutido para lo cual tenía que manejar una picadora de carne.
En febrero de 2005, cuando se encontraba picando carne para la elaboración de salchichas, se le quedó la mano atrapada en la máquina, al engancharse el guante de látex y debido a que la máquina carecía de anillo protector que habría evitado el accidente y que se había roto días antes.
Durante el juicio, el trabajador señaló que no firmó ningún contrato de trabajo, que le pagaban 3,6 euros la hora. Además, el empresario no dio parte del accidente laboral y la Inspección de Trabajo lo conoció a través de la denuncia del lesionado.
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