Un Juzgado de Fuenlabrada condena a Bankia a devolver 81.000 euros por una venta de preferentes
El afectado era ajeno al ámbito financiero, por lo que se dejó asesorar por el banco a la hora de comprar este producto, según la sentencia del Juzgado fuenlabreño. En ella se recoge que Caja Madrid “no se limitó a comercializar productos, sino que su labor fue la de verdadero asesoramiento”, por lo que, considera, el test más adecuado para este caso sería el de idoneidad y no el de conveniencia, que fue el realizado al cliente.
La jueza del caso asegura que el afectado no tenía el perfil de inversor “necesario para poder contratar con pleno conocimiento, dos productos tan arriesgados como los que contrató”.
La sentencia establece que de la información contractual no se infiere ni la complejidad de las operaciones, ni las dificultades que podría tener para la recuperación del dinero. Dice la juez, que “las preferentes se convirtieron en una verdadera trampa” y define el producto como de alto riesgo.
Todo esto hace que en la sentencia se reconozca que “el contratante se encontraba incurso en un error excusable cuando presentó consentimiento a la suscripción de las preferentes de las subordinadas”.
La decisión judicial ha sido bien acogida por el grupo de afectados por preferentes creado en Fuenlabrada, aunque la incertidumbre por lo que pasará en cada caso sigue siendo grande, como nos decía Ana María, cuyos padres están afectados por este caso.
La sentencia deja claro que si los empleados del banco se dedicaron a decirle al cliente cosas como “no te preocupes”, “esto está garantizado” o “puedes recuperar tu dinero en dos o tres días”, es “evidente que el error del cliente es totalmente excusable”.
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