Los arrestados, de 23 y 27 años, actuaban desde 2010 de manera organizada, accionando los frenos de emergencia de los trenes y saltando a las vías para, rápidamente, dejar su “sello” en los convoyes. Una de sus últimas actuaciones ocurrió en la estación de Fuenlabrada, aunque tras ser sorprendidos por los vigilantes huyeron en coche hasta la estación de Embajadores para volver a asaltar el mismo tren.
Tras un dispositivo de vigilancia fueron cazados por agentes policiales, que calculan en 270.000 euros el valor de los daños ocasionados en las instalaciones de RENFE. Por este motivo, según explica un portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, un juez les ha prohibido acercarse a menos de 200 metros a una dependencia de RENFE, decisión pionera en la región.
La investigación continúa abierta ya que, al perpetrar los delitos de manera organizada, la Policía piensa que podría haber más personas implicadas.
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