La experiencia de Sergio Masero, comenzó cuando una tía suya le animó a practicar ballet para corregir el problema de pies planos. A partir de ahí lo suyo fue el baile y tras varias becas, Nueva York y San Francisco, ha conseguido que una compañía como la Memphis Ballet apueste por él. Su directora se fijó en este fuenlabreño cuando fue a una audición a la escuela de San Francisco, donde se preparaba Sergio.
Puede acabar siendo una figura del ballet y, como ocurre en otras ocasiones, será reconocido en nuestro país, cuando triunfe fuera. Hasta ahora todo ha sido pasar una prueba tras otras. Primero seleccionado entre unos doscientos para las cinco becas en Nueva York, después en la audición donde la responsable del Ballet de Memphis le escogió. Ahora, apuesta todo a caballo ganador en tierras norteamericanas. Veinte años, talento, trabajo y muchas ganas, el coctel perfecto para triunfar.
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