Desde la asociación consideran que la empresa no dotó de los elementos necesarios para preservar su salud y durante sus años de trabajo inhaló grandes cantidades del polvo mortal del amianto.
Además, han añadido que esta exposición prolongada produjo que se le desarrollaran varias enfermedades asociadas a este material como engrosamientos pleurales y asbestosis.
En los últimos años la vida de Agustín ha estado ligada a una máquina de oxígeno que le ayudaba a respirar y que le acompañaba a todas partes. Desde que se le diagnosticó la asbestosis las visitas de urgencia al hospital se multiplicaron como consecuencia de las continuas crisis de disnea y la falta de capacidad para respirar.
El presidente de la asociación AVIDA, Juan Carlos Paul, ha asegurado que la familia no descarta emprender acciones legales contra la familia.
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