Leer el etiquetado de un alimento puede convertirse en una verdadera aventura, pero si queremos saber lo que comemos toca hacer el esfuerzo. Descifrar el jeroglífico de conservantes, potenciadores del sabor o colorantes no es fácil, y más teniendo en cuenta que por raros que parezcan todos estos componentes deben estar controlados. Pero, ¿de verdad leemos las etiquetas cuando estamos en el supermercado? Parece que no demasiado, principalmente porque buscamos hacer la compra lo más rápido posible.
Lo cierto es que existen ciertos componentes que están bajo sospecha. Es el caso del BHA, que evita que los productos con aceite queden rancios pero produce cáncer en ratones, como nos cuenta Antonio Aznar, químico de la Universidad Carlos III.
Algo parecido sucede con los parabenos, un conservante sintético que puede generar problemas hormonales; los aceites hidrogenados utilizados en la bollería industrial también forman parte de esta lista de componentes a evitar debido a su incidencia cardiovascular. Desde hace milenios los embutidos se conservan en sal, pero precisamente el exceso de embutidos y sus nitritos de sodio son peligrosos para el transporte de oxígeno en la sangre.
Pero nada de alarmarse. Todos los alimentos están sometidos al control tanto del Ministerio de Sanidad como de la Unión Europea, como describe Carlos de Arpe, miembro de la directiva de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación.
Conocer los componentes de los alimentos que consumimos es todo ventajas. Según un estudio internacional en el que ha participado la Universidad de Santiago de Compostela, las personas que leen las etiquetas nutricionales de la comida mantienen mejor su peso, sobre todo entre las mujeres. Carlos de Arpe y la nutricionista del Centro Médico MR Lara Isabel Lozano, comparten esta conclusión.
Según nuestro químico Antonio Aznar, “la utilización de aditivos en la alimentación es imprescindible” para satisfacer las necesidades de grandes cantidades de población alejadas de la producción, pero esto no está reñido con la precaución y tener toda la información posible.
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