Todavía no cumple los 25 años, pero Taylor Swift tiene una dilatada carrera con cinco discos a sus espaldas. Pero esta sección parece hecha a su medida, no por los años que lleva en la carretera, sino por lo mucho que ha cambiado. Y es que a pesar de que con “Shake it off”, su último single, ha batido todos los récords de venta de discos en Estados Unidos, lo cierto es que Taylor Swift ha transitado por varios estilos.
Y es que por mucho que escuchemos sus últimas canciones, parece que hablamos de una artista diferente cuando escuchamos algunas de sus primeras canciones. Especialmente ésta que le lanzó a la fama con sólo 16 años pero con una buena carga de country: “Teardrops on my guitar”.
Su primer trabajo llevaba por nombre el de su autora. También Taylor firmaba las canciones. Y la crítica fue unánime: la chica, guitarra en mano y con sus melodías bien entonadas, prometía. Lo cierto es que tenía un sonido Nashville moderno, muy americano, que se notaba en composiciones como “Our Song”.
Dos años después, en 2008, con más experiencia dentro y fuera de los escenarios, publicó “Fearless”, su segundo trabajo. Aquí seguía los parámetros que tan bien controlaba. Tanto que, desde posiciones y estilos diferentes, llegó a hacer frente en las listas de éxitos americanas a la artista entonces conocida como Hannah Montana, con temas como “Love Story”.
Este disco, cuya autora no tenía los 20 años, ganó cuatro premios Grammy y es el álbum country más premiado de la historia. Pero como las canciones empezaban a parecerse peligrosamente, añadieron guitarras eléctricas cercanas al rock en temas como “Change”.
Esa potencia en los temas se notó también en el año 2010, con su disco “Speak now”, con una Taylor Swift ya reconvertida casi completamente a estilos no tan country y algo más bailables, similares a artistas como Shania Twain. Se aprecia en temas como “Mine”.
Pero los temas seguían con una estructura similar. Así que ¿qué hace un buen productor cuando su artista empieza a estancarse? Pues le va dando arreglos, toques mágicos, para que las canciones vayan en otra dirección. Y así la chica prodigio del country americano se convirtió en otro tipo de estrella, más cercana a los vídeos sexis, que sonase sin problemas en todas las radiofórmulas, con el disco “Red” y temas como “We are neve ever getting back together”.
Y esta es la Taylor Swift que conocemos ahora, más cerca de Britney Spears que de Shania Twain y que ha pasado del country con toques pop al pop con toques country. Con todo y con eso, preferimos despedirnos con algunos de esos temas mágicos que sigue pariendo, como “Begin Again”, donde da rienda suelta a la música que realmente domina.
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